

Ha llegado el momento. El momento de asumir que mis acciones y omisiones dejan rastro. De reconocer que el individualismo es un lastre y que caminando juntos somos mejores. De entender que soy un animal político y social, y que esa condición me exige formación y responsabilidad en cada paso que doy. De implicarme para promover un nuevo paradigma, porque seguir como antes no es una alternativa. De aparcar la comodidad de las excusas y poner el dedo en la llaga. De empezar por mi día a día, porque los pequeños pasos consiguen grandes logros. De tomar como punto de partida el lugar donde vivo, porque los cambios locales generan transformaciones globales.
Ha llegado el momento de dejar mi huella. Una huella firme, honesta, justa y coherente, construida sobre los cimientos de las cinco grandes áreas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: Personas, Prosperidad, Planeta, Paz y Alianzas.
Ha llegado el momento de AZTARNA. Un pacto personal con una meta colectiva: ser, de aquí a 2030, el mejor municipio para el mundo.
Por eso yo, como ciudadana/o de Vitoria-Gasteiz, me comprometo a:
PERSONAS: Vivir sin dejar a nadie atrás, siendo consciente de la precariedad y discriminación de mi realidad y haciendo lo que esté en mi mano por el bienestar de todas las personas. Un sistema es justo, digno y más fuerte cuando todas las personas gozamos de igualdad de oportunidades, trato y condiciones. El Desarrollo Humano Sostenible nos marca el camino para reducir las desigualdades y alcanzar nuestro máximo potencial.
PROSPERIDAD: Construir una ciudad más crítica, formada, diversa e inclusiva, propiciando con mis acciones un modelo económico que anteponga el bien común a los intereses particulares. Una sociedad próspera no se mide únicamente por el PIB, sino por la garantía para todas las personas de acceso a salud, educación, trabajo digno y una cultura variada, crítica y diversa, con una distribución equitativa de la riqueza y el fomento de una sociedad que cuida y se cuida. Necesitamos un crecimiento sostenido que ponga el dinero al servicio de estos objetivos.
PLANETA: Reducir el impacto ambiental negativo de mi día a día, con la adopción de las herramientas ya existentes y mediante la colaboración intergeneracional. Necesitamos un planeta sano para salvaguardar a la humanidad. La contaminación ambiental atmosférica causa ya 800.000 muertes anuales en Europa y el aumento de temperatura de la Tierra nos ha llevado a una situación de emergencia climática.
PAZ: Implicarme en la ciudad activamente, entendiendo que hago política con mi acción diaria, y abordar las discrepancias desde la colaboración, la empatía y la honestidad. La construcción de una ciudadanía crítica, responsable y democrática no puede quedarse en una mera declaración de intenciones o en una urna. Necesitamos fundamentarla en la práctica diaria, de forma cooperativa, interaccionando con el “diferente” como un complemento enriquecedor y siendo exigente conmigo mismo y con nuestros cargos políticos.
ALIANZAS: Impulsar alianzas entre personas, instituciones, organizaciones, regiones e incluso países, apostando por la colaboración frente a la competencia. Debemos movilizar los medios necesarios para implementar esta convicción en nuestro día a día, sabiendo que el Bien Común se teje en red. Está en nuestras manos crear nuestro futuro de manera consciente. La solidaridad es el camino.
Para conseguirlo me inspiro en las siguientes acciones.




